Toda acción provoca invariablemente una reacción, y para citar al Sr. Newton (Isaac), esta será de la misma magnitud y en sentido contrario.
Bajo este esquema, es por demás lógico suponer que todo lo que haces en tu vida generará un resultado, y por ende, debemos ser responsables de este resultado.
Desde pequeños somos educados, o de hecho debemos ser educados por nuestros padres para hacer frente a las consecuencias de nuestros actos.
Conforme crecemos, nuestros actos se vuelven mas peligrosos, y con ello sus consecuencias, de simplemente no hacer la tarea, y por ende obtener una mala nota, u ofender a un compañero y tener que ofrecer una disculpa, hasta niveles que pueden provocar la muerte de un ser humano.
En ocasiones, en el sistema de educación formal tratan de enseñarnos los conceptos de responsabilidad, ética o incluso moral, sin embargo, es en el seno familiar donde realmente se enseñan estos puntos y sobre todo, donde se ejercen.
Hoy día me sorprenden las acciones de padres que buscan que sus hijos evadan las responsabilidades en las que incurren, argumentando puntos que por demás son poco sustentables, bajo este escenario, no es posible pedir al hijo lo que el padre no ha enseñado, ello sin mencionar el ejemplo que este puede darle.
Pero no nos confundamos, el hecho que el hijo no haya sido educado por medio del ejemplo para hacerse responsable de sus acciones, no lo sustrae de las mismas.
Podríamos analizar el daño que los padres hacen a sus hijos al permitir y apoyar la evasión de responsabilidades, claro esta, desde el punto de vista del padre, sin embargo, considero poco probable que él cambie de opinión.
Analizando con detalle el panorama del hijo, podemos encontrar una gran cantidad de variantes que podrían en su momento ser atenuantes a su conducta, el hecho de pertenecer a una familia disfuncional o incluso desintegrada, la falta de una imagen paterna o simplemente una imagen con autoridad dentro de su vida.
La falta de una educación en los conceptos que he mencionado anteriormente o incluso la falta de un ejemplo a seguir configuran la mezcla perfecta para crear a un ser humano incapaz de tomar conciencia de la que hace, finalmente, en caso de cualquier problema siempre estarán sus padres, alentando a evadir las consecuencias de sus actos.
Una persona irresponsable de sus actos es una persona que no es digna de las mas mínima confianza, y la cual, tarde o temprano, de no corregir su conducta, se convertirá en un ser sin credibilidad alguna.
Finalmente no debemos olvidar que nuestras acciones nos marcan, nosotros somos lo que deseamos ser, y las consecuencias de nuestros actos nos seguirán a todos los lugares en los que estemos, por mas que nos ocultemos tarde o temprano deberemos hacerles frente.
En algún momento de nuestra vida ya no estarán nuestros padres para ocultarnos detrás de ellos.
Todo, como siempre, es cuestión de tiempo.
